En medio de Honshu y Shikoku, se encuentra una isla llamada Omishima la cual alberga un santuario sintoísta que sirvió como meca de los samuráis durante más de un milenio. A pesar de ser la isla más grande del mar interior de Seto y tener mucho más que ofrecer, el Santuario Oyamazumi es una visita obligada, especialmente para aquellos interesados en la historia y la leyenda de los samuráis. Los amantes de la naturaleza también se maravillarán por Oyamazumi ya que se encuentra entre una arboleda de cientos de arboles de alcanfor, con algunos arboles tan viejos que son mucho más antiguos que el santuario.
Muchos han hecho peregrinaciones a Omishima desde los años 500 para orar por el éxito militar. Hoy en día la sala principal, la sala de culto y la sala del tesoro albergan muchos artefactos importantes, incluidas espadas y una coraza que perteneció a Tsuruhime, una guerrera que defendió la isla varias veces de un clan invasor en el siglo XVI, también se exhiben otros tesoros nacionales que todavía están marcados por conflictos
20 minutes by car from Omishima Interchange on Nishi Seto Expressway.