Desde que me descubrieron los helados Häagen-Dazs en Japón, me fascinaron y quedé enganchada. Los más comunes vienen en pequeñas tarrinas de 100 ml, con lo cual son fáciles de comer y no demasiado grandes; son el tamaño perfecto para el postre tras una comida. Aunque los Häagen-Dazs pueden conseguirse en todas partes, sus sabores suelen ser clásicos y poco interesantes. Pero los que tienen en Japón son completamente diferentes: cada tarrina es completamente adictiva, dejándote con ganas de más. Además los diseños de los vasitos siempre son muy atractivos, con una gran variedad de colores e imágenes representativas del sabor.
Los Häagen-Dazs de Japón son geniales para una fan de los helados como yo. En cada visita que haga a Japón seguramente me toparé con sabores que no haya visto ni probado nunca. Cada mes sacan al mercado nuevos sabores, a veces hasta dos o tres, la mayoría ediciones limitadas que se venden durante sólo un periodo de tiempo. Los más populares a veces vuelven a salir uno o dos años después, pero la mayoría no se repiten. Al menos esa ha sido la tendencia que he notado durante los últimos cuatro años. A veces hasta se asocian con tiendas de conveniencia para ofrecer sabores especiales que no pueden encontrarse en ningún otro sitio.
Desde helados a base de fruta como melocotón, mango o manzana hasta helados a base de té, como té verde tostado; a base de chocolate como Montblanc o a base de alcohol, como ron y calvados, la amplia gama parece no acabar nunca. También hay sabores especiales para conmemorar aniversarios, como las tarrinas rosas que sacaron hace unos años de sakura (flores de cerezo) y pétalos de rosa, con motivo de su 30 aniversario. Después están las líneas de sabores vegetales... ¿Podrías imaginar helado de zanahoria con naranja, o de tomate y cereza? Lo próximo será una línea de sabores hana-mochi, un tradicional dulce de arroz de textura blanda y flexible, combinado con suave helado de leche. Otra de las líneas de sabores favoritas es la de tartas, como tarta de queso con arándanos, tiramisú de fresa o crème brulee de naranja. Aún no he tenido la oportunidad de probarlos, pero después de leer comentarios y ver algunas fotos, tienen auténtico aspecto de tarta y parecen absolutamente deliciosos.
Además de los típicos mini vasitos, también tienen helados en sandwich y barritas crujientes cubiertas de chocolate. También hay ediciones limitadas para estos dos últimos, con sabores distintos a los de las tarrinas. Después de años siguiendo su web, todavía me pregunto qué genialidad se les ocurrirá a los maestros de este helado con tantas variedades tan fabulosas y únicas.